No me refiero a aquellas fiestas famosas de hace muchos años atrás en las que debíamos asistir vestidos de ese color (no digas que no fuiste), no, me refiero en las nuevas “fiestas de negro” en que se han convertido los funerales aquí en Venezuela, junto a la urna se sientan los mas allegados, esposa, hijos, madres, padres, en fin, fuera de la sala, primos, amigos, amigos de los amigos, colados, entre otros, esta semana me toco ir a uno, de verdad solo faltaba el mesonero repartiendo tragos y pasapalos y música de fondo, porque de resto era una fiesta, vestiditos negros, zapatos altos, peinados, risas, conversaciones en voz alta, blackberrys , la verdad que ya esos funerales de antes, en que no escuchabas una mosca, en que nadie hablaba en voz alta, rezaban el rosario, a esos en que me hacían ir de niña ya no existen, será que nos hemos deshumanizado o vemos la muerte no como una tragedia? Será que nos hemos dado cuenta de que el infierno está aquí y no es otro reino abstracto al que van las almas que se portan mal, de verdad que las costumbres de los católicos a veces son contradictorias, o es que estamos aprendiendo a festejar la “muerte” como el fin del sufrimiento del alma humana, tal como lo hacían nuestros antepasados paganos.
Muy interesante.
ResponderEliminarMi padre me contó una vez sobre unos vecinos que tenía que venían de un país cuyo nombre no recuerdo. Ellos lloraban el nacimiento de algún miembro de la familia y festejaban la muerte de cualquier otro, con la convicción de que venimos a este mundo a sufrir, o algo así.
Saludos.