El disco de vinilo, una tecnología revolucionaria para la reproducción de música, fue inventado por Emile Berliner en 1888. Este formato reemplazó rápidamente a los cilindros de cera, que se utilizaban anteriormente para grabar y reproducir sonido. El disco de vinilo ofrecía una mayor capacidad para almacenar música, lo que permitía grabaciones más largas y de mejor calidad. A lo largo del siglo XX, el vinilo se convirtió en el formato dominante para la música, dando lugar a la era dorada de los álbumes.
Con el tiempo, la tecnología del vinilo mejoró, y los discos se hicieron más duraderos y de mayor calidad. Los tocadiscos, que utilizan una aguja para leer las ranuras del vinilo, se convirtieron en un elemento básico en los hogares de todo el mundo. A pesar de la llegada de nuevos formatos de música, como el cassette, el CD y el MP3, el vinilo ha mantenido un lugar especial en la cultura musical, apreciado por audiófilos y coleccionistas por su calidad de sonido y la experiencia táctil que ofrece.
En los últimos años, el vinilo ha experimentado un resurgimiento, con ventas que han crecido considerablemente a medida que nuevos oyentes y coleccionistas redescubren su encanto. Este fenómeno plantea la pregunta: ¿es el vinilo simplemente una moda pasajera o tiene un lugar duradero en la cultura musical moderna?